
El coordinador nacional del Programa Forestal del INTA, profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) e investigador principal del CONICET, Dr. Pablo Peri, se refirió a la propuesta productiva del aserradero móvil. Dos décadas de trabajo científico y compromiso territorial y el fuerte impacto ambiental, económico y social para las comunidades de la zona.
El proyecto tiene sus orígenes en 2005, cuando, a partir de una convocatoria del Municipio de Río Turbio, se comenzó a planificar el aprovechamiento sustentable de los bosques nativos de lenga. Con una mirada estratégica, se propuso instalar una industria de pequeña escala que permita transformar madera local en productos de alto valor agregado, como muebles y tableros ensamblados.
“Los santacruceños debemos estar orgullosos: sabemos cómo manejar nuestros bosques de forma sustentable”, expresó el Dr. Pablo Peri en diálogo con LU14 Radio Provincia. Desde el INTA y la UNPA, se llevan adelante investigaciones y acciones de extensión orientadas al uso responsable de este recurso renovable.
El reciente relanzamiento del proyecto del aserradero móvil, a través de la empresa Santa Cruz Puede S.A.U., cuenta con el respaldo de la provincia de Santa Cruz y el Consejo Agrario Provincial, autoridad de aplicación de los recursos forestales en el territorio. La propuesta incluye la actualización tecnológica, inversiones privadas y una mirada integral sobre la producción maderera en la región.
“Este tipo de iniciativas suma a la diversificación de la matriz productiva de Santa Cruz. No venimos a reemplazar al petróleo, gas o carbón, sino a complementarlos con actividades sustentables”, destacó Peri, quien remarcó la necesidad de que la industria local contrate mano de obra de la zona y deje la riqueza en la provincia.
Además del aprovechamiento productivo, el proyecto contempla estrictos criterios ambientales: no se intervienen zonas de alta pendiente ni áreas cercanas a cursos de agua, y se prioriza el valor paisajístico y turístico en regiones como El Chaltén. “Tenemos claro qué áreas se pueden usar y cuáles son exclusivamente de protección. La conservación es parte central de esta estrategia”, subrayó.
Con una madera noble como la lenga, que puede vivir hasta 300 años, y un profundo conocimiento científico acumulado, Santa Cruz se encuentra en una posición privilegiada para llevar adelante un modelo forestal basado en la sostenibilidad. “Hace muchísimos años venimos realizando trabajos de investigación y extensión y sabemos cómo hacer un manejo sustentable de los bosques sin retroceder en el recurso natural”, concluyó Peri.